
Prepararse para unas oposiciones es un reto que exige disciplina, constancia y una buena estrategia de estudio. Cuando el temario incluye un bloque jurídico, el desafío puede ser aún mayor: las leyes para oposiciones suelen estar redactadas con un lenguaje técnico, y estructuradas de forma que, a primera vista, resultan difíciles de memorizar. Muchas personas comienzan motivadas, pero con el tiempo sienten que no avanzan o que, por más que repasan, no logran retener todos los artículos.
Si te encuentras en esta situación, no estás solo. La mayoría de opositores experimentan la misma sensación. Lo importante es saber que con un método adecuado es posible aprender leyes de forma eficaz y superar un examen tipo test sin depender únicamente de la memoria a corto plazo.
En este artículo vamos a ver cómo estudiar leyes para oposiciones de manera práctica. Hablaremos de métodos probados, errores que debes evitar y recursos que pueden facilitar tu camino, con un enfoque realista y adaptado a quienes tienen poco tiempo para estudiar, pero no quieren renunciar a su objetivo.
Entender el tipo de examen y el temario legal
No todas las oposiciones con parte jurídica tienen la misma estructura ni exigen el mismo nivel de detalle. Por eso, el primer paso es analizar cuidadosamente las bases de la convocatoria y el temario oficial.
En muchos procesos selectivos, las leyes se presentan como parte de un temario general que incluye la Constitución Española, leyes orgánicas, reglamentos y normativa específica relacionada con el puesto. En otros casos, como ocurre en los cuerpos jurídicos o administrativos, la mayor parte del examen se centra exclusivamente en la legislación. Saber de antemano la proporción de preguntas jurídicas te ayudará a organizar el tiempo de estudio de forma más eficiente.
Además, es importante identificar qué fuentes legales debes utilizar. La legislación siempre debe estudiarse a partir de textos oficiales y actualizados, preferiblemente en su versión consolidada publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Primer paso: comprender antes de memorizar las leyes para oposiciones
Entender una ley no significa convertirse en experto en derecho, sino captar la lógica interna del texto legal. Las leyes están organizadas con una estructura jerárquica que responde a un objetivo. Por ejemplo, la Constitución Española comienza con un preámbulo y un título preliminar, para después desarrollar derechos, deberes y la organización del Estado. Conocer esta estructura te permite situar cada artículo en su contexto y recordar mejor su contenido.
Una estrategia eficaz es realizar una primera lectura activa, en la que no busques memorizar, sino identificar ideas principales, bloques temáticos y relaciones entre artículos. A partir de ahí, puedes crear esquemas o mapas conceptuales que te sirvan como guía visual.
Otro recurso para memorizar las leyes en las oposiciones es marcar artículos clave, que suelen aparecer de forma recurrente en los exámenes tipo test. Normalmente, estos artículos recogen definiciones, competencias, plazos o procedimientos. Al tenerlos localizados, podrás profundizar en su estudio y prestar especial atención a sus detalles.
En definitiva, antes de aplicar cualquier técnica de memoria, dedica tiempo a comprender la normativa. Esto sentará una base sólida para todo el proceso de estudio y hará que cada repaso sea más eficaz.
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Técnicas de estudio para leyes en oposiciones
Una vez que has comprendido la estructura y el contenido de las leyes, el siguiente paso es aplicar técnicas de estudio que te ayuden a memorizar y consolidar la información. En las oposiciones, especialmente en los exámenes tipo test, la precisión es fundamental: una palabra mal interpretada puede cambiar la respuesta correcta.
1. Método de repasos espaciados
El cerebro recuerda mejor la información que se repasa en intervalos regulares. Este principio, conocido como espaciado, permite que la memoria a largo plazo se fortalezca.
La idea es leer y repasar un artículo el primer día, volver sobre él a las 48 horas, luego a la semana, y así sucesivamente, aumentando el tiempo entre repasos.
2. Reglas mnemotécnicas adaptadas a leyes
Las reglas mnemotécnicas son herramientas muy útiles para recordar listas cerradas, plazos o enumeraciones de competencias. Puedes crear acrónimos, frases creativas o imágenes mentales que te ayuden a asociar la información.
Por ejemplo, si una ley establece cinco requisitos para un procedimiento, podrías formar una palabra con las iniciales de cada requisito o inventar una frase corta que los incluya en orden.
3. Lectura activa y subrayado inteligente
Un subrayado inteligente diferencia los distintos niveles de importancia: un color para conceptos clave, otro para detalles secundarios y, si es necesario, un tercero para excepciones o plazos.
La lectura activa implica interactuar con el texto: hacer preguntas, escribir notas al margen, y resumir en tus propias palabras lo que acabas de leer. Este esfuerzo cognitivo aumenta la comprensión y la retención.
4. Simulación de examen tipo test
Practicar de forma regular con exámenes anteriores, o baterías de preguntas específicas de leyes, te ayudará a identificar patrones y a evitar las trampas más comunes, como respuestas con enunciados casi idénticos pero con una palabra clave cambiada.
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Planificación y organización del estudio
El primer paso es dividir el temario jurídico en bloques. La idea es trabajar con fragmentos manejables que puedas repasar de manera cíclica.
Una estrategia efectiva es la planificación semanal, en la que se alternan:
- Estudio de nuevas leyes o artículos.
- Repasos de contenido ya trabajado.
- Práctica con test relacionados con la materia que estás revisando.
Por ejemplo, si dispones de dos horas al día, puedes dedicar la primera hora a avanzar en un nuevo bloque de la ley y la segunda hora a repasar y practicar con test. Este equilibrio evita que lo ya estudiado caiga en el olvido mientras avanzas en el temario.
También es importante ser realista con los objetivos. Establece metas diarias o semanales alcanzables. Cumplirlas te dará sensación de progreso y mantendrá la motivación.
Por último, recuerda incluir en tu calendario sesiones de repaso global cada cierto tiempo. Esto es especialmente útil cuando se acerca la fecha del examen, ya que ayuda a relacionar conceptos y a detectar posibles puntos débiles.
Evitar errores comunes al estudiar leyes
Incluso con una buena planificación, es fácil caer en hábitos que dificultan el aprendizaje y reducen las posibilidades de éxito. Reconocer estos errores es el primer paso para corregirlos y optimizar tu estudio.
1. Estudiar sin comprender el contexto
Memorizar artículos de forma mecánica, sin entender su significado o cómo se relacionan con otros, provoca que la información se olvide rápidamente. La comprensión previa facilita la memoria, y permite detectar incoherencias en las opciones de un test.
2. Memorizar sin practicar
Algunos opositores se centran en repetir leyes de memoria, pero apenas hacen test. Esto es un error, ya que el examen no solo mide cuánto sabes, sino también tu capacidad para interpretar y aplicar la norma en un formato de pregunta.
3. Dejar las leyes para el final
Hay quien piensa que es mejor empezar por otras partes del temario y dejar la legislación para los últimos meses. Esto suele generar estrés y estudio apresurado, lo que aumenta la probabilidad de errores. Lo ideal es integrar las leyes desde el principio y revisarlas de forma continua.
4. No actualizarse con los cambios legislativos
En las oposiciones, una pregunta puede ser anulada o cambiar su respuesta correcta si la ley se modifica. Por eso, estudiar con versiones antiguas, o no comprobar las actualizaciones en el BOE, puede costarte puntos valiosos.
5. No variar las técnicas de estudio
Combinar técnicas como esquemas, mnemotecnias, repasos espaciados y simulaciones de examen mantiene el cerebro activo y mejora la memoria a largo plazo.
Recursos recomendados para estudiar leyes en oposiciones
El primer recurso básico es la legislación oficial y actualizada. La versión consolidada del Boletín Oficial del Estado (BOE) permite acceder a textos completos, con todas las modificaciones incorporadas, y consultar versiones anteriores en caso de necesitarlo. Trabajar siempre con esta fuente te garantiza que estudias el contenido exacto que puede entrar en el examen.
En segundo lugar, los manuales y temarios especializados en oposiciones son una herramienta esencial. Estos materiales presentan la ley adaptada al formato de estudio, con esquemas, resúmenes y preguntas tipo test, lo que ahorra tiempo y facilita la comprensión.
Otra ayuda muy útil son las plataformas de test online, que permiten practicar con miles de preguntas clasificadas por tema. Este entrenamiento refuerza la memoria, mejora la rapidez de respuesta y familiariza con las trampas habituales de los exámenes tipo test.
Por último, es recomendable disponer de herramientas digitales para repaso y organización, como aplicaciones de mnemotecnia (Anki, Quizlet) o gestores de estudio (Trello, Notion). Estas apps permiten planificar el trabajo, registrar avances y mantener el control del temario.
Estudiar leyes para una oposición puede parecer, al principio, una tarea interminable. Los textos jurídicos son extensos, el lenguaje es técnico y la cantidad de información puede abrumar. Sin embargo, con un enfoque adecuado, una planificación realista y técnicas de estudio adaptadas, es posible dominar incluso los bloques legislativos más complejos.
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